El Yoga Integral no busca solamente una salvación personal o una transformación del ego individual. Como Sri Aurobindo dijo, este yoga empieza donde los otros yogas terminan.
Su meta es cambiar el ego colectivo, alcanzar la perfección del mundo a través de la auto-perfección, ayudar a bajar a la Tierra la conciencia más elevada y lograr la unidad humana.
Está basado en una aspiración sincera, una entrega total a la Divinidad y un rechazo a todo aquello que no es útil para lograr este objetivo.
“Hay una evolución ascendente de la naturaleza que va de la piedra a la planta, de la planta al animal, del animal al ser humano. Por ser el ser humano, hasta el momento, el último escalón en la cima de esta evolución ascendente, él se considera el punto final de esta ascensión y cree que no puede haber nada superior a él sobre la Tierra. En eso se equivoca. En su naturaleza física, él es todavía casi completamente un animal, un animal pensante y parlante, pero un animal en sus hábitos y sus instintos materiales. Sin duda, la naturaleza no puede darse por satisfecha con un resultado tan imperfecto; ella se empeña en producir un ser que sea al ser humano lo que el ser humano es al animal, un ser que seguirá siendo ser humano en su forma exterior, pero cuya conciencia se elevará muy por encima del mental y de su esclavitud a la ignorancia.
(…) el ser humano es solamente un ser en transición que vive en la conciencia mental, pero con la posibilidad de adquirir una conciencia nueva, la Conciencia-Verdad, y capaz de vivir una vida perfectamente armoniosa, buena y hermosa, feliz y plenamente consciente…
(…) todo depende de su voluntad y su sinceridad. Si tienen la voluntad de no pertenecer más a la humanidad ordinaria, ni ser más que simplemente animales evolucionados, viviendo una vida nueva y más elevada, en una Tierra nueva… podrán eventualmente convertirse en ejemplos vivientes para el mundo”.
“… hay una interdependencia entre el progreso colectivo y el individual. Para que el individuo pueda dar un salto hacia adelante, es necesario que al menos alguna cosa del progreso precedente sea realizada en la colectividad. Se necesita pues encontrar un medio para que los dos progresos se cumplan a la vez”.
“La sadhana [práctica espiritual] de este yoga no proviene de ninguna enseñanza mental preestablecida o formas de meditación prescritas, Mantras [sílaba sagrada, nombre o fórmula mística] u otros, sino por aspiración, por medio de una auto-concentración interna y ascendente, por medio de la auto-apertura a una influencia, al Poder Divino sobre nosotros y su Trabajo, a la Presencia Divina en el corazón y por medio del rechazo de todo lo que sea ajeno a estas cosas. Es solamente a través de la fe, la aspiración y la entrega que esta auto-apertura puede llegar”.
“En el Yoga Integral, la vida íntegra hasta el más pequeño detalle, ha de ser transformado, ha de ser divinizado. No hay nada aquí que sea insignificante, nada que sea indiferente. Usted no puede decir: “Cuando estoy meditando, leyendo filosofía o escuchando estas conversaciones estaré en esta condición de apertura hacia la Luz y la llamaré, pero cuando salga a caminar o vea amigos puedo permitirme olvidarlo todo”. Persistir en esta actitud significa que usted se mantendrá sin transformarse y nunca tendrá la unión verdadera; siempre estará dividido. En el mejor de los casos tendrá sólo atisbos de esta vida grandiosa. Aunque algunas experiencias y realizaciones puedan llegarle en meditación o en su conciencia interior, su vida externa permanecerá sin cambio. Una iluminación interna que no tenga en cuenta el cuerpo y la vida exterior, no es de gran utilidad, ya que deja al mundo tal como está. Esto es lo que ha ocurrido continuamente hasta ahora. Aún aquellos que han tenido una muy grande y poderosa realización se retiran del mundo para vivir imperturbables en su paz y silencio interior; el mundo fue dejado en su estado de miseria y estupidez, y el reino de la Muerte y la Ignorancia continuará en este plano material de existencia. Para aquellos que se retiran, puede ser placentero escaparse de esta agitación, alejarse de una dificultad y encontrar una condición feliz en otra parte; pero dejan al mundo y a la vida sin corregir y sin transformar; y también dejan a su propia conciencia externa sin cambiar y a sus cuerpos sin regenerar, como siempre. Volviendo al mundo físico, es posible que sean aún peores que la gente común; ya que han perdido su dominio sobre las cosas materiales y su relación con la vida física es quizás abandonada e inútil en sus movimientos y a merced de cada fuerza que pasa.
Un ideal de este tipo puede ser bueno para aquellos que lo quieran, pero no para nuestro Yoga, ya que queremos la conquista divina de este mundo, la conquista de todos sus movimientos y la realización de la Divinidad aquí. Pero si queremos que la Divinidad reine aquí debemos entregar todo lo que tenemos, somos y hacemos a la Divinidad. No es suficiente pensar que algunas cosas no son importantes o que la vida externa y sus necesidades no son parte de la Vida Divina. Si así lo hacemos, permaneceremos donde siempre hemos estado y no habrá conquista del mundo exterior, nada se habrá logrado en ese estado”.
El silencio es el lugar de nacimiento del alma. Sri Aurobindo
“No estamos luchando en contra de ningún credo, ni de ninguna religión.
No estamos luchando en contra de ninguna forma de gobierno.
No estamos luchando en contra de ninguna casta o clase social.
No estamos luchando en contra de ninguna nación o civilización.
Estamos luchando en contra de la división, la inconsciencia, la ignorancia, la inercia y la falsedad.
Estamos empeñados en establecer sobre la Tierra unión, conocimiento, conciencia, verdad; y estamos luchando contra aquello que se oponga al advenimiento de esta nueva creación de Luz, Paz, Verdad y Amor.”